Regatas

La importancia de la seguridad a bordo… Gracias Pedro

David Martinez

Estimados amigos:

Me gustaría contaros mi experiencia, el pasado Viernes día 14 de Marzo, con motivo de la travesía Chipiona – Puerto Sherry, aproximadamente 20 millas, en la que nos desplazábamos parte de la flota de catamaranes de vela ligera con objeto de participar en la 1ª Copa de Andalucía de Catamaranes, celebrada los días 15 y 16 de Marzo.

Lo que en un principio se planteó como una tranquila travesía en grupo, para nuestra seguridad, acabó siendo una carrera por llegar a destino. Dada las previsiones climatológicas de poco viento y al largo recorrido en solitario, dispuse de mi neumática para que nos acompañara en el recorrido. Ésta debió partir en nuestra búsqueda, desde Puerto Sherry, pero finalmente nadie salió con ella a nuestro encuentro.

A mitad de recorrido, y casi 1 a una milla de la costa, uno de los timones del cata golpeó con algo que desconozco, destrozándolo y que unido al Spi me hizo volcar. Tras varios intentos conseguí, con gran esfuerzo físico, desvolcar el catamarán de vela ligera, un Hobbie-Cat FX-One, gracias a la bolsa de desvuelque que llevaba a bordo. Tras comprobar los daños del timón opté por desmontarlo y llevarlo en el trampolín.

Al llegar a la Bahía de Cádiz, cerca de la Boya del Quemao, frente a Rota, el viento subió con algunas rachas, unido al escaso gobierno, las prisas por llegar y no recoger el Spi y por supuesto el cansancio, todo unido me hizo volcar nuevamente al levantarse el casco donde tenía el único timón y quedarme sin gobierno, quedándome sin contacto con el catamarán y alejado del mismo.

Tal era la fuerza de las corrientes marinas en la zona que por más que intentaba alcanzar el cata mas se alejaba y adentraba en la bahía. Tras varios intentos por alcanzarlo opté por mantenerme a flote y esperar que alguien del grupo me echara en falta y decidiera salir en mi búsqueda. Era aproximadamente las 17:00 horas cuando ocurrió, comenzando a caer la tarde de un viernes laborable.

Era la cuarta ó quinta vez que realizaba dicha travesía, pero la primera que lo hacía en solitario y sin móvil, pues antes de partir observé una grieta en la funda estanca del móvil y opté por dejarla en tierra.

Tras una hora de desesperación en el agua y las esperanzas casi perdidas, apareció mi “Ángel de la Guarda” D. Pedro Herrero Gibaja, patrón del crucero Garbo, gran amante de la navegación a vela y mejor persona, el cual al apreciar el catamarán volcado con las mayor y el Spi extendido, sin encontrar nadie a bordo ni en las proximidades dió aviso a Puerto de Rota, por si había partido de allí y posteriormente a Salvamento Marítimo.

A sabiendas de que habría alguien en el agua y la premura de la caída de la tarde no paró de dar bordos hasta localizarme a casi media milla del cata. Posteriormente se ofreció a recuperar el catamarán, desvolcarlo y llevarnos al Puerto de Rota.

Espero que estas palabras sirvan para recordar a todos los amantes de la navegación a vela la importancia de salir a navegar con todas las medidas de seguridad previstas, pues nunca sabes lo que te puede guardar la mar.

Por todo ello, en primer lugar, darle mil gracias a Pedro por darme una segunda oportunidad, al cual tendré el orgullo de entregarle una placa de reconocimiento especial, el próximo 5 de Abril, con motivo de la Gala del Deporte promovida por Federación Andaluza de Vela.

Gracias a Nicolás Mariño y a Mara Escassi, por permitirme el lujo de entregar la placa a Pedro y el magistral y sentido artículo colgado en el Diario de Cádiz.

Fdo. David Martínez

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